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Parque La Libertad

Cuentan que un buen chocolate inicia desde la selección de los granos, quienes conocen de estos árboles saben cuáles son y cuándo es el tiempo justo de recoger el fruto. Dicen que después de recolectar el cacao lo abren y lo dejan de dos a ocho días para que se fermente a temperatura ambiente, ya cuando esto ha sucedido se separan las semillas y se colocan al sol para que se sequen por 2 ó 3 días más.

Pero en esta historia no te contaremos cómo hacer un buen chocolate, porque ni nosotros conocemos esa mágica receta que da tanta felicidad a nuestros paladares. En esta ocasión te presentaremos a una mujer que lucha y que ha convertido al chocolate en su inspiración y su motor para emprender en el mundo de los negocios.

Una porción de chocolate amargo

Hace unos años, la protagonista de esta historia llamada Maritza Gracia trabajaba arduamente en una Chocolatería en la que elaboraba queques y chocolates. Sin embargo, de un día para otro el dulce sabor se convirtió en amargo y sin razón alguna la despidieron, solo alegaron que su labor no era la idónea, por lo que sintió que su carrera había llegado a su fin.

No solo el desempleo la agobiaba, era consciente de que con 40 años de edad la situación era más complicada y eso la llevó a deprimirse. Pero, cuando menos lo esperaba aparecieron ángeles que como dice ella “no de esos con alas, ni aureolas y ni vestidos de blancos, sino personas y lugares que me mantuvieron de pie” y fue ahí donde su negocio empezó a gestarse. 

Dios es tan maravilloso, todo lo acomodó y esa fue la oportunidad para creer en mí misma y empezar a desarrollarme, puedo decir que el Parque La Libertad y las personas que trabajan aquí creyeron en mí, me dieron la oportunidad de llevar el primer curso de emprendedurismo donde me enseñaron creatividad, como innovar el producto, saber etiquetarlo, poner marca, toda esa línea que yo no manejaba

Recuerda que fue don Gilberth, doña Dora y un equipo de trabajo que tenían en ese momento quienes la ayudaron a ella y a varias emprendedoras a salir adelante. 

Desde ese momento empezaron a tomar cursos que las impulsara, tal es así que hace un tiempo se enteró que compañeras de la Asociación de Mujeres Artesanas de La Unión (de la cual forma parte) también asistieron a esas capacitaciones – ellas sin que Maritza lo supiera, fueron testigos de sus primeros pasos-. 

Esas primeras herramientas se convirtieron en el medio para creer en sí misma, aprendió a mejorar sus chocolates, le mostraron cómo afinar detalles, aprendió cómo hacer su producto más fino y de excelente calidad. Además le enseñaron a hacer cajas espectaculares, cajas lindísimas que le ayudaron a tener la presentación soñada de sus chocolates, así como ella se los imaginaba.

Rellenos de aprendizaje y felicidad

Llegar hasta acá no le ha sido fácil, pero sí satisfactorio. En estos momentos forma parte del curso de Innovación y Creatividad, que se ha convertido en esa nueva receta a la que poco a poco le está tomando la práctica y la confianza “Este ha sido un curso genial, porque nos ha enseñado, especialmente a mi, a perderle el miedo a las redes sociales, la habilidad que tengo para la gastronomía no la tengo con la tecnología, pero estoy aprendiendo montones, entre ellas a hacer alianzas

Estos nuevos conocimientos le han dado el empuje para poner en práctica lo aprendido, ya creó una alianza una compañera que elabora mermeladas artesanales, dando como resultado bombones de chocolate rellenos con chía y naranja, además tiene con relleno de jengibre y naranja, sin duda alguna innovadoras y deliciosas combinaciones.

La misma Maritza nos cuenta que estos chocolates han cumplido todas las expectativas, tal es así que las personas que han tenido el placer de probarlos los catalogan como un ¡Boom! -definitivamente tenemos que probarlos-. Ella nos recalca que todo esto también ha sido gracias a la Embajada Británica que las ha apoyado cubriendo inclusive aspectos en la parte emocional, psicológica y de empoderamiento, fortaleciendo su autoestima.

Todo esto ha sido genial para poder empoderarme, el sentarse en una computadora y atreverme a hacer un video, poner fotos, escribir mensajes, creer en lo que estoy haciendo y subirlo sin temor de meter la pata, sin miedo de estar haciendo algo equivocado, subir un video y ver las reacciones es una alegría. Es que eso nos da las herramientas para incrementar las ventas, y ese es el interés de uno: mejorar, crecer. Todo eso me ha enseñado a ver mi producto como un producto de primera línea” 

Dulce sueño materializado

Chocolaticos y más, es su emprendimiento, su sueño hecho realidad, que conforme pasa el tiempo va endulzando cada vez más, el próximo paso … exportarlo.

Siento que aún me falta mucho, mi próximo sueño es exportar, ¿por qué el nombre?, el tico es por nuestra idiosincrasia y yo quiero exportarla, por eso para allá voy”.

La próxima meta a corto plazo de doña Maritza, sacar el pyme que le permitirá entre muchas funciones adaptarse a los cambios tecnológicos y en un futuro poder generar empleos.

Ella sabe que el proceso aún continúa, sin embargo el apoyo es fundamental. Mientras conversábamos nos dijo que las herramientas del Parque para ayudar a las mujeres son impresionantes, no hay palabras, agradezco al Parque La Libertad por el apoyo que nos dan, yo vengo aquí y cuando necesito algo ellos están ahí y si no pueden me brindan la guía para lograr lo que necesito.

Una herramienta que nos está dando el Parque y que me encantaría que muchísimas mujeres emprendedoras la aprovecharán es la Asesoría Legal Gratuita, yo ya vine y no lo desaproveché. Me dieron hasta la guía de como registrar la marca, entre un montón de cosas más, todo ese proceso que no lo sabía y la orientación gratuita que nos brindan es impresionante

Susto a lanzarse a otros sabores

Nos dijo sin rodeos que tomar nuevas decisiones da miedo y que aún con los años de experiencia que tiene le da miedo innovar. Sin embargo, ver cómo enfrenta y acepta los cambios para bien es de admirar, su seguridad nos sorprendió y con una sonrisa, que la caracterizó durante toda la entrevista, afirmó que ya no le da tanto gracias al último curso que le ha permitido empoderarse y creer más en ella.

Si uno no se lanza al río no sabremos si lo podremos cruzar o no, pero quedarnos en la orilla y estar pensando que podría haber pasado, de nada sirve, el hubiera no existe. Hay que creérsela, lanzarse al agua, tenemos las herramientas que nos apoyan, que nos guían, que nos orientan y nos hacen creer más en nosotros como el Parque La Libertad y todo su equipo”.

Doña Maritza nos enseñó que todo nos deja una enseñanza, que no hay mal que por bien no venga y que es primordial creer en uno mismo, esto nos enseñará a saborear el dulce sabor de la vida.

Todos deberíamos aprovechar las oportunidades, porque estas nos preparan para hacer nuestros sueños posibles. Si nos dan las herramientas para tirarnos a la calle y promocionar nuestras empresas y productos ¡tomémoslas!. Yo le doy gracias a Dios por el Parque, porque existen, porque siguen aquí, y espero que continúen creciendo, porque nos han ayudado a creer más en nosotros”.